jueves, 25 de marzo de 2021

Comemos semillas que pueden germinar en el estómago

 Bástese decir que es un viejo susto que los padres daban a sus hijos cuando se tragaban una semilla, pero que la posibilidad es, por lo menos, bastante escasa y baja. En el cuerpo no hay suficiente oxígeno y si medrara alguna semilla, ésta deberá seguir el recorrido del intestino teminando por ser expulsada, También es cierto que no existe una fuente energética como el sol para que una planta se desarrolle y genere fotosíntesis en el interior de un ser vivo, aunque hay casos, leyendas urbanas y comentarios de esquina donde una planta se desarrolla en los pulmones, orejas o en el intestino. La cosa comprobable es que las semillas no son digeribles y pasan por el tracto intestinal como "camino" para alejarse de su origen y germinar una vez haya sido depositada en algún lugar apto para tal,  si se desarrollasen en otra parte, causarían estragos y seguramente serían descubiertas y exterminadas, pero las condiciones extremas de los pulmones con aire pero sin luz solar, de las orejas con estrechos ductos y del estómago lleno de ácido e inviable, permiten ofrecer una luz clara. Comer semillas no es peligroso porque crezcan y se desarrollen en el organismo, sólo porque sean demasiado grandes ─pobrecillo aquel que se trague una semilla de aguacate o de coco, pero no por la planta que le va a nacer─ o porque sean venenosas.


Semilletas:

a. Las semillas que comemos son indigeribles por lo que atraviesan el intestino sin mayor complicación.

b. No existe bastante oxígeno y luz solar para el desarrollo de una planta en ningún sitio del organismo.

c. La acidez estomacal y los movimientos peristálticos desalojan cualquier duda en el camino.

d. Qué existan casos documentados, sólo prueba la inmensa lucha de la vida, pero en la escala estadística, arroja un "poco probable" casi tendiente a cero.

e. No debe confundirse ese "nacimiento" de planta con los bezoares que son acumulaciones benignas de materiales orgánicos no digeribles.

viernes, 12 de marzo de 2021

Funciona la vacuna

Desde hace muchos años oímos hablar de las vacunas, pero realmente han sido comidilla de los últimos dos siglos y si acaso entendemos su funcionamiento hace apenas unos 50 años. La situación estriba en entrenar al sistema inmune para que reconozca al invasor antes de que llegue en su forma más virulenta, ya sea con genes muertos, debilitados o con una toxina inactivada con parte de la bacteria o virus, así el sistema inmune crea los anticuerpos para luchar contra la infección cuando se presenta y en general, estos anticuerpos, permanecen activos en la sangre dispuestos a combatir la enfermedad cuando vuelva a atacar. El anticuerpo es como una copia inversa del enemigo, que al ser detectado como tal, activa la secuencia aprendida y archivada para atacarlo. La palabra misma esta relacionada con las vacas y por eso su nombre, vacuna. Se atribuye a Edward Jenner de Inglaterra que al observar la inmunidad de las ordeñadoras que habían sido infectadas con el virus de la vacuna bovina, probó raspando a un chico de 10 años con pus de una herida de una de esas ordeñadoras y luego infectó al niño con el virus de la viruela humana. Resultó que apareció la inmunidad en el chico. Hoy día es inimaginable hacer experimentos en humanos, antes deben pasar rigurosas pruebas de control y eficacia. En la actualidad se genera un antígeno cultivando el virus en células primarias y luego se aísla el antígeno y se realizan rigurosas pruebas de seguimiento sobre su eficacia y producción en animales antes de ser usada en el ser humano.

Curas:

a. Una vacuna es una sustancia con la capacidad de producir antígenos para una enfermedad, usando virus debilitados o partes de la cadena vírica.
b. Su nombre viene de la relación con la viruela bovina o viruela vacuna.
c. Se inicia produciendo un antígeno y separándolo para hacer los estudios pertinentes.
d. Los métodos de reproducción del virus puede variar con el conocimiento actual, trato de pensar en métodos como el PCR o el método de edición de genes CRISPR.
e. El antígeno equivale a la información pertinente para enfrentarse al virus.
f. La permanencia del antígeno en la sangre debe ser puesta a prueba, aunque algunas enfermedades nunca repiten.