viernes, 8 de marzo de 2019

Existe la obesidad

Esa tendencia a adquirir llantitas o a acumular grasa en algunas regiones del cuerpo o en toda es un exceso de peso y es lo que llamamos obesidad, que puede tener consecuencias funestas por el deterioro acelerado de los órganos internos, por el peso sobre articulaciones, por el taponamiento de las venas y arterias e incluso por la estética, que es la menor de las preocupaciones. No es de extrañarse que la obesidad pueda explicarse con una proporción en la facilidad de adquisición de calorías. Para nuestros ancestros conseguir alimento era bastante arduo y gastaban bastantes calorías corriendo tras la presa o subiéndose al árbol o encontrando frutas para recolectar. No es de extrañar la esbeltez y musculatura en nuestros antepasados humanos. La llegada de la agricultura, el sedentarismo y la industrialización de procesos ponen a disposición de todos una reserva calórica impensable con un gasto mínimo de energía y las dietas excesivas le permiten al cuerpo almacenar energía en forma de lípidos ya que eso es la grasa, una reserva de energía.

Grasas:
a. Los avances tecnológicos pusieron al hombre en una carrera diferente, éste ya no puja por conseguir alimento sino que lo hace por dinero. El capital pone a su servicio las calorías requeridas en exceso y el metabolismo toma tales excesos y los guarda en forma de grasa bajo la piel.
b. Es probable que la grasa corporal tenga más funciones como aislamiento del frío, función estética ─una persona rolliza tenía un alto indicador de salud─  asimilación de vitaminas en fin, pero la más conocida es la de reserva de energía con 9 kcal por gramo.
c. Ya no hay que correr tras el ciervo, ni sembrar la papaya y el tomate, sólo debemos ir a la tienda de la esquina y listo, esto, sumado a la cantidad ingente de grasa y calorías en lo que llamamos comida chatarra: perros, hamburguesas, salsas, aderezos... puede explicar por mucho la energía acumulada.
d. El cuerpo requiere grasa y es un excelente alimento para momentos de vacas flacas. Su proporción debe ser entre un 10% y 25% para considerarse normal.
e. El consumo de azúcar en miles de productos que nos eran necesarios ayer para subsistir, hoy se consumen por placer dejando una consecuencia lípica en los niños más inactivos y claro, en los adultos golosos.

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