viernes, 10 de mayo de 2019

Sentimos

De los sentidos, no había querido meterme con el tacto, pero a todo le llega la hora y sabemos que nuestro cuerpo percibe mucho de su entorno, aparte de los otros sentidos, por la piel. La piel tiene infinidad de sensores que nos llevan información al cerebro y éste la transduce a homínido: Hace frío, siento miedo, se me erizaron los pelos, está áspero, es suave, duele, me tocaron, sentí un mosquito... Una red de nervios dotada de una extensa cantidad de receptores especializados en calor, dolor, presión, tanto internos como externos ─esto equivale a kilómetros de alambres y sensores─ llevan información al cerebro que interpreta, una caricia o una quemadura química, la tersura de un pétalo o la superficie rugosa de un caparazón. Dudo que un cerebro sin entrenamiento detecte tal cosa, así que la experiencia es muy importante. Sabemos que nos podemos quemar porque nos lo han explicado o lo hemos sentido y que la quemadura con hielo es similar a la quemadura con fuego, aunque el instinto no puede despreciarse. En fin, el tacto está regado por la piel y por los órganos internos, pero son la lengua y los dedos los más saturados de sensores, es decir, los que mejor procesan y detectan información. Es en nuestro cerebro donde almacenamos los datos de comparación, una señal llega desde el dedo que se aproxima a un fósforo y el cerebro detecta en sus archivos que se trata de temperatura que puede dañar y envía la señal instintiva de retirar el dedo de la posible quemadura. Igual ocurriría si nuestro cerebro fuera engañado con un fósforo helado, es decir, la sensación de calor real no necesita existir para crear la contrarreacción de retirada.

Nervios:
a. La sensación es llevada al cerebro por un cableado que va a todas partes del cuerpo y que es capaz de llevar información por medio de ondas eléctricas ─impulsos nerviosos─ y es una red de autopistas de 150.000 kilómetros  de largo y 360 kilómetros por hora.
b. Las fibras nerviosas llevan información de termosensores (calor), presostatos (presión), mecanoreceptores (sensación) y juntos se encargan de informar al cerebro sobre lo que tocamos y sentimos y con cierta vaguedad, en donde lo sentimos. Tanto externa como internamente.
c. Nuestro organismo es capaz de detectar algunas de las variables intrínsecas: un rango de sonido, una escala de sabores, un tipo específico de onda y la conjugación de todas esas percepciones es lo que nos permite reaccionar y actuar conforme al entorno, por lo tanto esas sensaciones son inherentes a nuestro proceso evolutivo.
d. A las neuronas que llevan los impulsos al SNC ─sistema nervioso central─ se les llama aferentes y quienes traen la reacción de regreso se les llama eferentes.

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