Luego de captar porqué vuelan los aviones y saber que si se acercan a zonas sin mucha atmósfera (caso de las grandes cimas como el Sagarmatha) pueden quedarse sin sustentación y caer, queda ajustar el porque y cómo se dirige una nave en el espacio y si requiere o no superficies de sustentación. Parece que ni requiere tales superficies, ni las hélices son un artefacto funcional en el espacio exterior. Allá arriba las cosas se dirigen por chorros que cumplen la tercera ley de Newton de acción reacción. A una fuerza se opone otra de la misma magnitud y de sentido contrario. Algo así como que cuando empujas una pared, la pared también te empuja a ti. Así que si quieres ir a la derecha, arrojas un chorro (motor químico o chorros de aire) por la izquierda y si quieres ir hacía arriba, diriges esa fuerza hacía abajo (arriba y abajo en el espacio no tienen mucho sentido, son sólo convenciones). Las superficies de control como alerones y flaps quedan inútiles en el espacio exterior; pero son muy útiles para cuando se ingresa de nuevo en la atmósfera de algún planeta o se deben usan paracaídas. Bueno, también puedes dejarte arrastrar (con cierto control) por las fuerzas gravitatorias de ciertos objetos conocidos para darte un impulso. A ese truquito le llaman swin by.
Disquisiciones:
a. Las naves espaciales no requieren formas aerodinámicas, ya que en el espacio no hay aire.
b. El espacio exterior no está completamente vacío. Si tomas un metro cúbico de él, seguro encontrarás átomos de hidrógeno y de helio e incluso una rara cantidad de partículas solares, fotones, campo magnético y hasta algún tornillo o tuerca de la chatarra espacial y más cosas que aún no descubrimos, pero que intuimos que andan por allí como las ondas gravitatorias y la materia oscura o la energía oscura.
c. Las rocas espaciales no son aerodinámicas, pero allá están moviéndose en el espacio exterior igual que las estaciones Mir y freedom
d. La hélice es un principio excelente al igual que alas aerodinámicas y alerones pero en el espacio son inútiles sin atmósfera, aire o viento.
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