Tiembla

Todavía hay personas que pueden pensar en castigos divinos y dioses enojados e incluso dragones que mueven la tierra u hombres cansados que cambian la tierra de hombro. Pero la realidad es más simple que un enojo o un cansancio. La tierra está formada por cuatro capas: Núcleo interno, núcleo externo, manto y corteza. La corteza es una parte sólida que flota sobre el manto y que a su vez está subdividido, digamos que en unas 12 o 13 placas importantes llamadas placas tectónicas y estas placas, por acciones convectivas, la rotación de la tierra y la gravedad, se desplazan de tres maneras: la una junto a la otra y en sentidos opuestos; separándose o subduciéndose, una se mete bajo la otra. Donde hay rozamiento de las placas, puede ocurrir un trancón y como las demás piezas no paran -por cierto se mueven a razón de uno o dos centímetros por año- se acumulan tensiones que al alcanzar la fuerza para liberarse lo hacen de manera brusca y repentina, generando ondas que se mueven por el terreno y alcanzan la superficie. A esas ondas les llamamos temblores de tierra, terremotos, movimientos telúricos -por aquello de tellus mater o madre tierra- sismos o seísmos. Su capacidad destructiva dependerá del terreno, de la profundidad, de la energía liberada y del lugar de llegada de las ondas. No será lo mismo que el epicentro -traduce el lugar de la superficie sobre la cual se originó la ruptura o falla- sea en Mont blanc que en "Tangamandapio". 

Consideraciones:

a. Un tremor -así también se dice- es el resultado de la liberación repentina de una energía acumulada por el movimiento de las placas tectónicas.

b. La manera correcta de medirlo es por energía liberada y la relación de daño causado. Se usa la escala de magnitud de Richter, que aunque no es arbitraria, no es muy precisa y no nos da mucha información en cuanto a términos de destrucción. Ahora los sismólogos prefieren usar la escala de magnitud de momento, pero cambiar es difícil y aún usamos la primera, por lo menos hasta 6,9 desde donde pasa a ser imprecisa.

c. Ese movimiento en altamar podría provocar un "tsunami (ola de puerto en japonés) que se trata de una ola de proporciones bíblicas provocada por el brusco desplazamiento de la superficie del mar.
d. Diariamente ocurren miles de temblores de tan poca intensidad que no los detectamos con los sentidos humanos.